domingo, 15 de noviembre de 2009

leve parte 1 imaginaria

no pase nadanadanadanada.


1hoy, esto:
Todavía no me gusta , realmente no le agarro el hilo.


EN LA VORAGINE DE LOS HECHOS IMPROBABLES:


Leve Parte Imaginaria 1:


Odio lo que hizo de mi esta sucesión de paramos.
Lo aborrezco apoyada en esta ventana con ceniza, y en este cigarrillo, lo resiento en el pasillo mientras afuera hace calor húmedo, en el ojo asomado por la mirilla de la puerta, medroso, entre todas estas porquerías, distintas partes de protopersonas combinadas, en el vestidito de lentejuelas que puso a mi cuerpo adentro para sentenciarlo a lidiar con una ambivalencia devoradora de cadáveres sentimentales. ¿Nunca se te fue la mente demasiado lejos de tu cuerpo hasta verlo suave y obtuso desde lejos?
La vida gruñe de dolor, pero la muerte esta suicidada sobre la supervivencia que nunca elegí, que me endureció, que me hizo prudente, triste, fría, desdibujada y perversa

Afuera hay tres perros ladrando, persiguiéndose y tirándose mordiscones en la banquina de la ruta lindante con este “clubsito” de mierda, en el que resido ahora y desperdicio la voz. En unas tablas.
Pero este bien, ya aprendí, al espíritu lo tengo clausurado en la bañera de Bukowski… Pero nene, nenito, si regresas, acá te voy a hacer llorar y parir de hambre al amor que no sabes dar.
No vas a escuchar otra historia, no, cuando llegas acá es para sufrir nomas… Y que es esto, suspire. Un estado de la no-conciencia, de la no- moral, de la no- vida. Un bramido racional para no morirse de realidad, una jeringa, un ojal para atravesar sin ser rico el cielo en los infiernos, y aprenderse sus reglas con nombres precisos y trucos sucios.
Jesús nos dejo a Judas. Historia y carne. Judas, es lo mejor que ah dejado Jesús, y su propia carne, Jesús nos dejo a Judas y su propia carne…. Me aferro, hay un crucifijo, nadie puede castrarme... Yo, ni les voy a dejar la carne., a lo sumo la piel que ya no se usar… a lo sumo.
Acá estoy, en donde el odio es mas odio. Recordalo.
Y en donde el odio es mas odio, estoy completamente sola.
Paramos y calzadas, autos cuadrados y 1971, son números que abrazan datos de una verdad descriptiva que constituye el entorno. Debes en cuando aparece un perro turquesa que es como los símbolos del cine soviético de principio de siglo, y muestra los colmillos…
No se por donde empezar a explicar como se evidencia esta dimensión diferente, lindante con algún realismo mágico que me esta consumiendo. No jodamos, deben ser muchas cosas las que me consumen las sustancias psíquicas y vitales.

Fermín… Fermín… los infiernos y los techos están tan vacíos desde que vos estas lejos. Las paredes que me agobiaban an perdido su tajante fuerza y nada más que la tragedia me ata a la vida vacía de espasmos sexuales.
Perdí un engaño mundial y un orgasmo fingido, fétido y placido sobre la cama con paredes de pino luctuosas a las que vemos envolviéndonos mientras nos movemos desnudos.
Y si, los ojos engañan, prende un cigarrillo, lo que tuvimos fue mas que un par de polvos, contrariamente a lo que ven los muertos de afuera.
La luz roja, no es un albergue transitorio, es una habitación en un páramo hace tres años… y no es la misma en la que resido ahora.
Me tengo que asomar por la ventana ¿no? Es el ruido de los frenos de Ritzpatrick...
En otro momento tendré tiempo de detallar su varonil anatomía, altamente atractiva, digamos. Ahora pienso en Fermín, y en si Ritzpatrick me va a sacar de acá mismo ahora…
La historia de cómo termine con este hombre (Ritzpatrick), debe relacionarse, con el perro turquesa, el abandono, y el instinto de supervivencia.

Salí con el vestido mientras Ritzpatrick cerraba la puerta al bajar del auto.
- ¿Qué pasa?
- Subí, dale Susi.
- Dije que pasa- con una intransigencia innecesaria me cruce de brazos, frunciendo el ceño por reflejo- ¿he?
- Y que te parece que pasa.- Ni siquiera me miro o no tuve forma de saberlo, ya que ni se saco los lentes de sol, se movió sigiloso como de costumbre- ¿Te vas a quedar acá?
- No.

Me di vuelta de mala gana y entre a agarrar algunas cositas que eran mías, me entristece muchísimo todavía salir de incógnito.
Me introduzco en el auto , con un cuadernito , carbonilla y la guitarra , le escondo una petaquita a Ritzpatrick en la guantera, creo que no quiere que tome. Porque empiezo a decirle que lo odio, que me secuestro, que esta obsesionado con migo…que se aprovecha de que no tengo a donde ir. Estamos casados. Casados como dos témpanos huecos por dentro, casados como la inoperancia y la maquinaria. Ritzpatrick es la maquinaria y yo la inoperancia.
Casi todos los días se lo recuerdo, lo trato con la más nimia frialdad, indiferencia, miedo y mi usual fragilidad de antaño.
No me tiembla el pulso, la noche que lo conocí me pareció un hombre al cual podía manejar, pura y exclusivamente yo, el único hombre que siempre sintió una inexplicable debilidad por la pobre Susi, perdida como Ariadna en una isla Naxos de paramos y calzadas calurosas.
Sin embargo tengo otros amigos en la ruta.

Llueve. La noche es calurosa adentro del auto. Ritzpatrick maneja con los hombros contraídos hacia la cabeza . Tengo entre las manos un saquito rojo, inmundo y contengo las ganas de llorar.
No creo que Ritzpatrick se de cuenta de que no soy una persona fuerte.
Para el soy una cría, que lo supera intelectual y cínicamente, con quien alimenta una fantasía de frialdad, fragilidad y belleza púber.



Dibujo de noche, muy mal casas- medio casas – ningún lados, refugio, conejos, silencios, tiempos y truenos.
Todo lo que hace a Susi triste dignifica el surrealismo…
Pero sin trampa mi grito mutilado de peso moral, hastiado por la prudencia y el resentimiento se mitigo adentrándose en la ambigüedad de una sombra, que dispersa convirtiéndose en animales que hipnotizan averiguando de placeres con el espíritu sucio y la moral de antaño
El espíritu moral de antaño no le pondría un grito a esta oración…. Usaría el ímpetu de los hechos que no le dieron nada.
Daría toda mi juventud a cambio de la pureza de espíritu para arrojarme a la muerte de forma violenta y dolorosa. Envés de estar clausurada en esta sustancia viva de intransigencia.

En cambio dicha sea la sanción de vanidad por esperar lo mejor del mas allá-, se me ah arrojado a la vida en una dimensión del dolor, con gran incidencia en el realismo mágico y animales de colores inverosímiles y texturas inverosímiles que pueden hacerse transparentes, esta dimensión inconmensurablemente mas azarosa que la de cualquier individuo….
“Mal cogido Ritzpatrick… “
Odio lo que escribo.